LA ARAÑITA NOBLE

Había una vez una ranita huérfana que lloraba mucho, pues se sentía desdichada por la falta de sus padres y agregaba a su noble pena la mofa de que era objeto por parte de los demás animalitos del bosque.

Unos se burlaban por su continuo llanto, otros le sacaban la lengua y le decían rana fea; los chorlitos se paraban en su cabeza y cantaban tan fuerte que la asustaban pero ellos se echaban a volar riendo de la infeliz.

Un día cansada de sufrir, se sacó el corazón, lo puso encima de su cabeza para demostrarles a todos que ella así fea, y doliente también tenía con qué amar u odiar si fuera necesario. La primera que pasó fue una arañita que venía de comprar seda para hacer su casita y el fardo en su espalda ya la traía fatigada, así que paró hablar un poco con la ranita, que al verla le dijo: -Hola ranita, te noto un poco cansada y llorosa. ¿Qué tienes en tu cabeza? – ¿Puedo ayudarte en algo?...-No me digas, ¿Te sacaste el corazón? –Habla ranita, ten confianza… quiero ayudarte…

Secó el llanto de la ranita y empezó a narrar sus males… Hacía mucho tiempo que no podía hablar con nadie.

Pues acá terminan tus males nueva amiguita…Ven conmigo, aquí llevo material suficiente para hacer una casita que compartiré contigo con gusto y con mucho amor. No tengo riquezas pero estoy segura que juntas conseguiremos nuestro sustento.

Las dos se abrazaron, llorando pero de alegría. La una por el placer de servir y la otra porque había encontrado un ángel llamado arañita.

MORALEJA: Niños, no desprecien a nadie. Recuerden que todos somos Amor y éste genera resguardo y nobleza