LEGADO DE LIBERTAD

Este poema es potente, con un mensaje profundo y una estructura que lleva al lector a través de la desesperanza y la ironía.

POESÍA

Margoth Parra Villa

11/2/19941 min leer

Este curtido pellejo
que usted observa con desprecio,
que cubre mis débiles pensamientos,
es mío, caballero, –por ahora–,
pero, como parece usted ignorarlo,
él se corrompe y se pierde en la nada.

Se pierde en esa nada
que usted pretende tristemente
olvidar que posee,
que recubre su ignorancia,
su asco, desfachatez y menosprecio.

Este enjuto pedacito de esqueleto,
recubierto ligeramente por curtida piel
y robados harapos solamente,
es toda mi riqueza material.

Además, tengo derechos, –caballero–,
Poseo derechos como “buen ciudadano”.
Tengo derecho a habitar en una cloaca,
tengo derecho a respirar su aire putrefacto,
tengo derecho a desear sus ásperas sobras.
También un deber muy grande:
Bendecir mi existencia.

Pero parece indicar su fría mirada
que el olvido tapió mi morada,
y es inútil socorrer mi existencia.
Pero, por si acaso,
he encontrado una pluma y un sol.

Este es mi legado natural adquirido
por derecho de existencia:
tengo cinco sentidos sanos,
que me permiten
escuchar el estertor de mis vacías entrañas,
paladear el acíbar de mi saliva amarga,
tocar sin esperanza la puerta de mi cloaca,
mirar un sendero sembrado con mil trampas,
olfatear día a día mis heces escasas.

Y algo más que poseo, –caballero–,
es posible que tenga nueve años o menos,
un gusano largo que corroe mi vientre,
una experiencia que supera la suya
y una libertad que usted quisiera.