VIVE MUJER, VIVE MARIA

Una joven dotada de belleza natural se adentra en la selva y la ciudad buscando respuestas. Pero cuando María descubre el origen del odio y la miseria humana, solo encuentra confusión, rabia y una batalla feroz por la vida contra un interlocutor invisible y macabro.

CUENTOS

4/13/19916 min leer

white concrete building during daytime
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Esto sucedió a una bella mujer que vivió no hace mucho en un recodo de un áspero camino. Empezaba a declinar la anterior década, pero ella apenas empezaba a florecer como lo hacen las más bellas primaveras.

La naturaleza la atavió entera, haciendo acopio de todo su poder y don de entrega: Su dorada cabellera nada tenía que envidiar al frondoso guayacán cuando copado está en su mejor época, sus melosos ojos eran dos grandes y brillantes almendras cubiertas por felpa inmensa de pestañas coquetas, un bocado de diminutas perlas lucía al entreabrir sus labios fresa, y su cuerpo entero ornado estaba por bello color canela aterciopelado.

Por fuera estaba entera… por dentro estaba mejor dotada la quinceañera, su condición humilde le sirvió para afianzar su espíritu alegre, férreo y aventurero.

Su padre había fallecido. Cayó como han caído tantos hombres y mujeres quizá inocentes. Culpables solo por tener vida e ideas…

Su madre ya cansada y vistiendo una gris vejez prematura, se encerró en su rancho entregada a la oración. Oraba por el descanso de todo ser viviente que cayera.

Entonces María abrió sus ojos tan grandes como eran y se internó en la selva para encontrar respuestas. Buscó en la soledad donde escuchó un eco portentoso a sus precoces inquietudes. Quería entender la niña porque el hombre extermina su misma especie, quería saber que pasaba en su mundo, antaño fuente de vida, de tranquilidad y leyendas inocentes. Deseaba saber también qué pasaba afuera, que significaba aquella batalla de colores, que significaban los jeroglíficos que supuestamente eran nuevas ideas.

Quiso saber porque su espacio estaba inundado de hombres extraños que vestían de singular manera, los vio y escuchó atentamente procurando frenar mucho su intranquila lengua que ávida se movía con deseo de respuestas. Escuchó a estos, analizó a aquellos y continuó su camino hasta llegar a la gran ciudad quedando alelada con aquel cambio tan radical, aunque en el fondo adivinó su misma precariedad, Se desplazó a las escuelas y habló con maestros; habló con jueces y también con presidiarios. Habló con los ricos y descendió al tugurio a escuchar a la plebe.

Se metió a los hospitales y habló con enfermos y enfermeras, de paso se hizo un Psicoanálisis tratando de descubrir la razón de su reciente tristeza… aunque poco le importaba realmente acabar con ella aduciendo que no tenía tiempo para historiales, sesiones y terapias, que bien podía arrastrar con sus males, y sus inquietudes tempranas que eran tantas…tantas…

Regresó María. Llegó una cálida tarde Septembrina de 1.989, pero no llegó a celebrar su paso de la ignorancia a la más admirable sapiencia. Al contrario, como venía de meter un dedo hasta lo más profundo de su herida…Como después de escuchar tanto, su pequeño mundo se hizo más confuso…como quiso arrastrar aquellos grillos pesados… llegó colmada de confusión, impotencia, rabia, desolación…

Tampoco llegó a celebrar el día del amor, su corto mundo no le había ofrecido la oportunidad de disfrutar este fenómeno, quizá porque solo trataba de descifrar jeroglíficos, por tratar de despejar por qué los hombres matan a los hombres, por descubrir el origen del odio, por ocuparse averiguando que era aquello de rivalidad, de opresión, de las extrañas enfermedades de las plantas, de los raros gases de la atmósfera, del vacío en los estómagos de los niños, de la angustia de las viudas, y de la orfandad de su pueblo… No, no había tenido tiempo de descorrer el majestuoso velo del amor…

Su rancho hacía un marco precioso a aquel crepúsculo encantador. Se detuvo a mirarlo y suspiró, por algún motivo que desconocía, este cuadro le recordaba a su madre…Se preguntó cómo estaría y corrió delirante a estrecharla, a brindarle su mejor sonrisa y tender a sus pies las experiencias adquiridas…

Llegó al umbral y susurró muy tenue: “Mamá” Elevó un poco más la voz para repetir “Mamá” … luego un grito interrogativo: ¿Mamá? La soledad de su rancho abandonado la aplastó. Ahora sí que le pesaba su tristeza, se materializó de tal manera que su peso le agobió aún más.

El año pasado vi a María, fue a principios de febrero estaba desgreñada, sus ojos antes melosos, evidenciaban resquemor, opacidad y abandono; su cuerpo, antaño cual palmera orgullosa parecía ahora una bandera ultrajada. Su piel se había curtido y ahora era rara luz que poco a poco se extinguía. Estaba sentada en un viejo butaco a la entrada de su rancho, en una de sus manos colgaba un libro cuyas hojas dejaban ver grandes manchas pardas que empezaban a comerse los mensajes allí escritos. El libro tenía en su portada la imagen de un hombre con luenga barba blanca, una mano descansando en un bastón, sombrero de copa, y altas botas negras…Se entre veía aún el nombre del libro: “GRACIAS A LOS TIEMPOS IDOS” y de autor anónimo.

Su mirar estaba perdido, y yo que la observaba desde un matorral cercano pude escucharla sostener un diálogo con un interlocutor invisible, decía María:

-Pero eso no lo escuché antes y esperaba de su clandestino interlocutor, la respuesta…Debatían acaloradamente, mientras gruesas lágrimas rodaban por sus ya escuálidas mejillas quedando atrapadas en las comisuras hondas de sus labios desteñidos. Tomaba aliento y continuaba: -Pero es que no es justo… gritos acalorados y luego un salto que la hizo caer al suelo vencida, pero se resistía alzando los débiles brazos para tratar de asirse a una empolvada enredadera, sin alcanzarla. Allí quedó tendida; yo iba a salir de mi escondite despavorida cuando de pronto observé que nuevamente se retorcía y entre vuelco y vuelco gritaba: “No puedes, no debes hacerlo todavía… No aún porque no he descubierto por qué muere tanta gente inocente, por qué hay tantos niños violados o suicidas y otros tantos caídos por balas asesinas…He investigado tanto y nadie tiene la respuesta lógica al abandono y a la miseria; al odio y a la guerra. No hay respuestas lógicas que develen estas noches tenebrosas coreadas por silbidos extraños que no son precisamente el agreste canto de las ranas, como tampoco entiendo porque el grillo ya emigró y la nube se resiste a esparcir el rocío matutino… No. No es justo. No puedes hacerlo porque igual que yo, hay muchos niños sin alegría, con sus esperanzas extintas y sin juventud en el horizonte.

Ve y obsérvalos hundidos entre oscuros lodazales de injusticias, ve y míralos encerrados en claustros sin ansias ya de ganarle la batalla a la ignorancia y a la miseria. Ve…Ve y muda como ahora, observa como ya nacen sin el dulce candor de la inocencia, anda a mirar sus desnudos piececitos hundidos para siempre en las oscuras cloacas del odio de sus mayores.

-Anda deshuesada pelona de mierda, suelta mis débiles piernas que quiero usarlas, pero para correr tras tus nefastas huellas… para correr detrás de ti, andrajosa, detrás de tu traición y de tu falta de sensibilidad cuando atraviesas con tu cruel cuchillo a niños solitarios e inocentes. Quiero conocer todas tus armas, el puesto que ocupas cuando vas a atacar, quiero aprenderme tu expresión macabra, esa risa sarcástica que ahora ahogas en la honda comisura de tu descarnada cara. Quiero ver como se achicharra tu esqueleto cuando matas con candela… quiero ver como se llenan todas tus fosas de agua cuando sin piedad te sumerges a ahogar respiraciones, quiero aprenderme tu rara mueca de saña cuando arrastras tras de ti a un famélico infante, quiero saber que sexo tienes cuando eres capaz de remolcar a una madre buena o a un hombre culto que solo quiso ver a su pueblo creciendo y prosperando, o a un joven que solo anda amando y floreciendo. Quiero verte maldita pelona con tus inmensos garfios asida a los bordes del mismo infierno implorando piedad y misericordia… Quiero verte como en este mismo instante aflojar tus huesudas manos de mi débil cuerpo, porque aún necesito vida y con solo ese deseo vehemente te venceré…

Solita vive María en una casa muy amplia de jardines prolíficos y anchos corredores, no ha recobrado su añeja alegría, pero guarda la premura por descubrir los secretos que envuelven a los hombres, sus experiencias vividas le arrebataron la belleza y su frescura, pero ese rostro sobrio denota inteligencia, camina con premura y empuña una bandera. Dice ser gestora de triunfos y derrotas; de verdades y mentiras; de amarguras y delirios. Dice que aún aboga por los niños y su perdida inocencia, por los jóvenes que se hunden en el dosel del engaño. Dice que lucha por la paz interior porque la que predican los hombres es pura utopía, que anda reconquistando el amor hacia sí misma y a su divinidad eterna, que volverán sus sepultadas alegrías a regar los jardines y alimentar su aire y aliento de vida, dice que evitará que su progenie sucumba en un pedestal de mentiras amasado y abonado por falsas religiones y credos ficticios.

Y vive María sola con su arsenal de recuerdos y envuelta en tantas letras que solo le enseñaron la debilidad humana, y que había más luz de conocimientos en su interior en el cual apenas comienza a interpretar…

Y vive María con sus inquietudes vivas…